Vuelvo como un papelillo al aire. Vuelvo.
Hoy vuelvo a pensar en tí. En nuestra infancia que pasó, con sus risas y sus llantos. Pienso en como crecimos, simpre confiando siempre fiel. Vuelvo a pensar en el dolor y el daño... Hoy, mi mente revolotea de nuevo a esos años en que todo, absolutamente todo, pendía de un hilo; y yo, me sentía parte de un gran secreto que no podía contar a nadie. Vuelvo a pensar en las tardes que intentaba estudiar en firme y mi mente volaba una y otra vez pensando: "que no se muera, por favor, que no se muera".
Vuelvo a revivir las risas, que hubo muchas. Las confidencias, las cartas, las varilla de incienso que siguen oliendo a Loto. Las alegrías, las tristezas, las ilusiones de niños que un día crecieron. Hoy, vuelvo a verter lágrimas inútiles. Pensando que un día el puñal de las palabras atravesó mi corazón y desde entonces ni yo he sido la misma, ni he vuelto a creer en nadie como creía.
Vuelvo. Al rojo y blanco que nos unía, a las palabras que se ha llevado el viento, que el movimiento se demuestra andando. Vuelvo a sentir ese nudo en la garganta, porque fueron buenos tiempos, con sus sustos, claro está. Sus noches en vela, sus ingresos en el hospital, sus miedos escondidos en las sombras silenciosas de los pasillos.
Vuelvo. A esos sentimientos fuertes, la complicidad, la risa en las paredes, las calles laberínticas, las noches de guitarra,a las estrellas que no brillaban. A esa lucha contra el tiempo, por si nos robaba la vida. Vuelvo, a esa época de distancia física, pero siempre cercanos. Vuelvo a revivir las llamadas de teléfono de personas ajenas "está ingresado". Vuelvo a ver pasar el tiempo, mientras la vida nos daba espacio para crecer lejos, pero juntos. Y vuelvo a llorar.
A veces, pienso que perdí y otras veces, me invade una sensación de pérdida, o de huída. A veces, no puedo evitar acordarme de tí, y pensar en qué sería de nosotros si las cosas hubieran sido distintas. A veces no puedo evitar pensar que una parte de mí te empujó lejos; pero entonces recuerdo los puñales, las palabras salidas de tono, la indifirencia de tu mirada, el como no te sentaste a preguntar qué pasaba o como en lugar de hablar como muchas veces hablamos, escupiste serpientes, y yo, me tragué mi orgullo y callé.
Hoy vuelvo a llorar porque una parte de mi, no puede evitar pensarte y yo no quiero pensarte. Solo quiero olvidarte, ahora y para siempre. Transcender, cortar los lazos que ya no nos une nada. Poner casa en un país lejano para olvidar...Pero no. Hoy vuelvo a llorar sintiendome idiota, porque nunca te importé más que para tus ideas.
Vuelvo a llorar, en esta noche oscura del alma, mientras pienso que ojalá, ojalá de verdad, un día piense en tí y no haya nada que pensar.