En el jardín de la Muerte todas las flores son azules.

Hace días que esta frase resuena en mi cabeza.
Quizás porque he pensado mucho en la muerte, en como los días pasan para no volver.
Puede que sencillamente, porque creo que cuando uno muere va exactamente a donde espera ir.
Puede que sea Octubre, que siempre me hace volver la vista atrás y pensar.
Evaluar.
Respirar.
Cuenta uno más.
Todos morimos un poco cada día, en cada suspiro y cada palabra no pronunciada.
En cada paseo que no dimos, en cada silencio roto por el teclado.
En cada segundo sin hacer lo que se quiere, en cada hora que pasa sin llenarla de risa.
En cada canción que no cantamos, en cada libro que no leemos.
En cada momento.
Ahora.